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En estos días, el nerviosismo en la política oficial se
ha ido expresando en el descontento que se produce en
la vida de los trabajadores en la medida que avanza la
política del gobierno.
La política del gobierno del Frente Amplio ha transitado
por la ya tradicional política neoliberal, privatizadora
y de fomento de la libre inversión de capitales dentro
de fronteras, con un común denominador que es el
pago de los intereses de la deuda externa.
Todo ello ha supuesto una gran manipulación mediática,
que nos explica a diario como la economía uruguaya
crece y con ello el bienestar de los trabajadores.
Claro que decir esto por todos los medios de comunicación
y que en forma insospechada los trabajadores
definan un para general, genera una gran inestabilidad
política en el gobierno y en uno de sus ministerios principales
que es la conducción mayoritaria del movimiento
sindical. Todo ha entrado en un proceso de tembladeral
cuando la lucha por el salario oponiéndose a la política
oficial que todo lo convalida ha entrado en escena, a
contramano de la política del gobierno de “unidad nacional”,
en la que marchan en forma conjunta Mujica,
Astori, Bordaberry y los principales dirigentes sindicales
que salen a apagar, los intentos de resistir la política
dominante.
Sin duda, que estos hechos han puesto en claro, sin
tapujos, los verdaderos alcances de la política dominante,
que a partir de mantener la política económica sin cambios
que beneficien a las clases populares, se ha “aggiornado”
el Frente Amplio, transformándose en un partido
tradicional más, sus dirigentes en empresarios y el que no
lo es, con muy buenos sueldos, con un parlamento de
acuerdo en las líneas principales entre todos los partidos y
con un movimiento social que acompasa por los menos
hasta ahora el proceso de desmovilización oficial.
También es cierto que en estos días han sucedido hechos
que han dejado sin argumentos a muchos integrantes
de la fuerza política de gobierno, como es la impresionante
defensa de Gonzalo Fernández de los Peirano, hasta
que obtuvo su libertad sin que el parlamento “se diera cuenta”.
Lo que ha sucedido en estos días entonces empieza a
expresar el largo proceso de reconversión del Frente Amplio
a la cola de las políticas económicas neoliberales, a las
transas con la impunidad para los militares, a la falta de
trabajo y salarios dignos, del cual fue en algún momento,
su programa original.
Claro que el problema es que cuando se va cruzando
un río, es muy difícil pegar la vuelta y hacer otra cosa,
que es lo que le ha pasado a muchos dirigentes del oficialismo
que se consideran de izquierda, pero que objetivamente
están acompañando la política del gobierno, de
Mujica y Astori, y el FMI.
Nunca como hoy se ha visto tan claramente los alcances
de la política oficial, sus alianzas en la actividad social
y las vacilaciones que se producen en el proceso de la
lucha social y política.
Es necesario, que estos dirigentes se saquen la careta
ante el pueblo, que hasta hoy es víctima de sus engaños y
de sus filosofadas verbales, por ello es que levantar las
banderas de la lucha por la liberación nacional y el socialismo
sigue siendo una tarea de primer orden, al igual que
el crecimiento de la esperanza y la organización para la lucha.
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