El pueblo no cuenta para el gobierno
Los sueldos del estado y del gobierno han tenido siempre
un comportamiento no regido precisamente por las
leyes del mercado sino por necesidades y acuerdos
políticos, que aun perduran hasta nuestros días con el
gobierno del Frente amplio incluido.
Es notorio que estos días el tema del salario es uno
de los temas principales de las sociedad uruguaya por
más que todos los días, intentan convencernos que el
Uruguay es un país de primera, sin pobres y con una
“izquierda” que camina como camina el mundo, es decir
a los tumbos y sujeta a los sobresaltos generales del
capitalismo mundial.
Lo cierto es que el gobierno ha impuesto con sus
votos, el primer presupuesto para su actividad futura,
y lo único que se le ha opuesto con una actividad mas o
menos permanente, son los trabajadores públicos y también
privados.
De ello se desprende que en estos días habrá una
recuperación importante de los funcionarios del ministerio
del interior, así como una importante reestructuración
de las fuerzas del interior, para atacar al delito,
especialmente el de los menores. De ello se han ocupado
en forma preferencial, los más importantes medios
de comunicación o lo que se denomina prensa grande,
creando y multiplicando un clima psicológico en la opinión
pública para que se incremente la acción policial a
todo nivel en la sociedad.
No hay que ser muy inteligente o perspicaz, para
percibir que los fondos destinados para la policía y los
organismos de defensa son muy superiores a los que
se destinarán para la enseñanza pública.
A ello debería agregársele, el nuevo aumento que se
han votado los legisladores para sí mismos, en sus sueldos
que se contrapone con los esmirriados y casi inexistentes
aumentos que le han votado de apenas unos cientos
de pesos a las jubilaciones más bajas del país. En
definitiva les han perpetuado la miseria nuevamente a
miles de jubilados, que no son otra cosa que los viejos
trabajadores del Uruguay.
No hay dudas ya que en materia de ingresos la brecha
social se ensancha, ya sea por prioridad política o
porque la gran masa de plusvalía obtenida del trabajo
nacional va a los patrones y grandes empresarios continuando
el ensanchamiento de la distancia existente
entre la riqueza y la pobreza.
En estos días, también ha quedado en forma muy
clara el carácter clasista y elitista de la definición del
salario de los altos funcionarios del estado que tienen
una diferencia sideral con los bajos salarios. Ministros,
senadores, subsecretarios y directores son verdaderos
privilegiados desde el punto de vista económico y que
tienen además una enorme consideración social por parte
del nuevo presupuesto del gobierno enviado por el Poder
Ejecutivo, firmado por el Presidente.
Es claro entonces que se ha vuelto a la vieja tesis
económica de la oligarquía financiera, que para repartir
hay que hacer “crecer la torta”, cosa que ahora el gobierno
la proclama cuando antes la combatía. Muchas
cosas han cambiado en la conducta de los dirigentes
gubernamentales, lo que no ha cambiado es la mísera
vida de los jubilados y trabajadores del país.
Por ello es que la movilización es el camino que ya
han empezado a transitar los que cada vez tienen menos
que perder con esta política.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario