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Los datos son alarmantes: el número de personas que vive en asentamientos creció de 251.884 en 2008 a
256.958 en 2010. O sea, que estamos hablando de 5.000 personas más que habitan en las zonas marginales. Y por consiguiente, las casas precarias ubicadas en esa zona irregulares pasaron de 58.695 unidades a 61.525, en tanto el número de asentamientos se mantiene por encima de los 560, el 59,6% de los mismos (335) se encuentran ubicados en Montevideo
La información se desprende del Catastro Nacional de Asentamientos Irregulares, relevamiento realizado por la ONG "Un Techo Para Mi País" en los años citados.
La directora social de la ONG, Cynthia Pérez, fue terminante en señalar que los datos "preocupan". No es para menos, porque la comparación entre uno y otro estudio ponen de manifiesto que la situación no ha mejorado sino que, por el contrario, muestra un agravamiento. "Esta fotografía de la realidad -precisó Pérez- es una señal de consolidación de la pobreza. El estudio que hace "Un Techo" es la herramienta que tenemos nosotros para trasmitir esa realidad".
No hay dudas de que uno de los buques insignia de la administración fue, desde la asunción de Vázquez, la lucha contra la marginalidad, fenómeno que se encuentra afincado prácticamente en estos barrios irregulares. Y las conclusiones son que muy poco se ha avanzado, cuando la cantidad de viviendas y personas que allí viven ha aumentado.
Se dirá que hay una cuestión demográfica en estos números, ya que los mayores índices de natalidad están en estas zonas. Puede ser, pero no es la única causa. Hay que ahondar en el problema y tener bien claro el camino para revertir la situación.
El País Digital
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